Explorando cómo la tecnología influye en los jóvenes

La mayoría de los padres son inmigrantes tecnológicos. Los niños son nativos de la tecnología. Aprendí sobre esta diferencia cuando me convertí en padre adoptivo. Estábamos tratando de ayudar a nuestra familia mientras explorábamos cómo la tecnología influye en los jóvenes.

Llegó a nuestra casa con 12 años y nos presionaron para que le diéramos un teléfono móvil. Nos preocupaba cómo podríamos mantenerlo seguro mientras lo usaba.

En su primera semana de secundaria, el profesor pidió a los estudiantes que “sacaran sus teléfonos y fotografiaran sus tareas”. No hace falta decir que él era parte de la minoría que tenía que escribir rápidamente la tarea mientras sonaba el timbre para la siguiente clase.

Fue molesto y difícil atravesar este período de tiempo con presiones externas sobre la familia. Ahora tiene un iPad escolar, por lo que (por suerte) esa humillación en el aula no volverá a suceder.

Pero ¿es la tecnología un amigo o un enemigo para el desarrollo de tu hijo?

Apego emocional a Internet

En 2012, un estudio en el que participaron 1.000 niños reveló algunas ideas sorprendentes:

  • 49% de niños británicos menores de 12 años estarían tristes sin acceso a Internet.
  • 1 de cada 5 se sentiría solo sin él.

Aquí hay algunos otros resultados reveladores:

  • 70% de adolescentes chatean en Facebook.
  • Los niños de dos años suelen dominar el iPad familiar.
  • Los niños realizan más tareas diarias en línea que los adultos.

(fuente: Los niños británicos se sienten tristes sin Internet – The Telegraph')

La tecnología tiene un gran impacto en la forma en que los niños interactúan, se comunican y forman amistades. Si bien disfruto de usar la tecnología, como adulta he aprendido a equilibrarla con otras actividades (no tecnológicas). Cuando leí el artículo del Telegraph, debo admitir que me sentí incómoda al pensar que la dependencia emocional de los niños con respecto a Internet tenía este efecto.

El fuerte apego emocional que los niños sienten hacia Internet y la tecnología plantea preguntas importantes: ¿Con qué frecuencia las utilizan? ¿Cómo afecta esto a sus relaciones con la familia, los amigos y el mundo? ¿A dónde va su energía emocional?

El mundo real versus el mundo digital

Cuando los niños pasan largos períodos frente a las pantallas, su atención se centra en el mundo digital. ¿Podría esto afectar sus conexiones emocionales con personas reales? El aspecto positivo es que pueden tener un círculo de amigos más grande utilizando la tecnología, sin embargo, el Centro de Investigación Pew descubrió 26% de jóvenes entrevistados Confirma que se han peleado con un amigo debido a algo que sucedió en línea.

Sabemos que los niños necesitan aprender las habilidades necesarias para desarrollar relaciones, pero parece que no hay tregua en las amistades si sus amigos pueden estar presentes digitalmente. La conexión no física parece reducir sus habilidades de comunicación debido a la falta de lenguaje corporal, tono y energía emocional que se desprende de una conversación física.

Tecnología: un salvavidas durante el confinamiento

Durante los confinamientos por la pandemia, la tecnología desempeñó un papel crucial para ayudar a que todos se mantuvieran conectados. Con las medidas de distanciamiento social en vigor, Internet se convirtió en un salvavidas para mantener las relaciones, trabajar desde casa y acceder a la educación. Las videollamadas, las redes sociales y las comunidades en línea ayudaron a superar la brecha creada por la separación física, lo que pone de relieve el papel esencial de Internet en nuestras vidas.

Sin embargo, esta dependencia de la tecnología también afectó a la falta de conexión humana con otros niños, lo cual es crucial para su desarrollo mental y emocional.

“Mi hija de cinco años es hija única y se ha visto gravemente afectada por la falta de socialización con otros niños desde el encierro. Está mucho menos alegre y motivada que antes de este aislamiento. Especialmente busca videojuegos con otros niños para verlos o fingir, algo que antes no hacía. Su sueño también se ha visto perturbado”.

Informe Save the Children

Equilibrando el tiempo frente a la pantalla y las interacciones en la vida real

A los adultos también nos resulta fácil perdernos en Internet. Mi marido y yo trabajamos desde casa y, a veces, nos enviamos mensajes sobre cuestiones sencillas de la vida familiar. Pero también utilizamos la comunicación cara a cara: hablamos durante las comidas y los paseos con el perro; el equilibrio es la clave.

Conectando a través de la vida cotidiana

Mantener una conexión con los niños a lo largo de nuestra vida cotidiana es esencial. Podemos hablar durante la cena, compartir los buenos y malos momentos de nuestro día y crear conversaciones significativas en la mesa.

Se siente más fácil dejar que todos se sienten frente a sus teléfonos alrededor de la mesa y, a veces, nuestras discusiones llevan a uno de nosotros a buscar un hecho (en línea) para probar un argumento.

Pero lo ideal sería llegar a un acuerdo con la familia de "no usar teléfonos en la mesa" (incluidos los adultos); de lo contrario, ¿cómo desarrollarán los jóvenes el arte no digital de las habilidades comunicativas si no lo modelamos a través de nuestro comportamiento?

Momentos simples para conexiones profundas

Si estás conduciendo, aprovecha este momento para escuchar y preguntar a tus hijos sobre sus vidas. Invítalos a que guarden sus teléfonos y hazles saber que quieres pasar tiempo con ellos; esto puede dar lugar a conversaciones interesantes y descubrimientos que nunca habrías realizado de otra manera.

La meditación sencilla también puede fomentar conexiones profundas. Podemos usar la tecnología (¡qué irónico, lo sé!) para escuchar meditaciones juntos y mantenernos conectados.   Escuchemos (juntos) una práctica consciente y luego comenta cómo te hizo sentir: qué te gustó (o no) de la práctica. Estos momentos son oportunidades poderosas para restablecer su energía (y la tuya).

A lo largo de los años, he descubierto que algunos jóvenes prefieren practicar habilidades de atención plena a través de una grabación o un recurso en línea. De hecho, a menudo les envío un mensaje de WhatsApp a los jóvenes de mi vida que puede incluir un consejo de respiración que podría ayudarlos en un momento difícil (¡los exámenes, por ejemplo!).

 

Tomar unos minutos cada día para conectarnos significativamente con nuestros hijos, garantiza que no se sentirán tristes si Internet desaparece.

Estas interacciones pequeñas y sinceras les ayudan a comprender que las conexiones del mundo real también importan.

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